Gestoría y freelance ¡qué gran dilema!

Kirjoitettu - Viimeisin muokkaus

Robert de Niro utilizó una expresión qué ha pasado a la historia del cine: "abogado, sí, abogado" y lo hizo refiriéndose a quién era su asesor en aquella película, porqué tener una buena gestoría, hoy en día es tener un tesoro y más para un freelance. Por este motivo, una de las más importantes decisiones es esa, si contrato uno o lo hago yo solo. El señor Montoro repite que hacienda somos todos, ya sé que muchos no creen lo qué dice, pero eso da igual, la realidad es qué hay que estar al corriente con ella, porque en caso contrario, te sancionan. Por eso, uno de los grandes dolores de cabeza para un freelance es ese, qué tiene qué hacer para cumplir con sus impuestos, la seguridad social o las diferentes  tasas de un país en que  tenemos más de 120.000 leyes.

Gestoría, sí gestoría

No, no estoy imitando a De Niro, bueno, la verdad es que sí lo estaba. La realidad es qué hay que rentabilizarlo todo, incluso él tiempo. En esto de trabajar como freelance, esa frase tan nuestra “el tiempo es oro”, se convierte en una verdad parecida a esa otra que dicen sobre Pedro Sánchez, si será o no el nuevo presi. Hay que recordar que somos humanos y eso implica que el tiempo, es un recurso escaso. Para decidir sí contratamos o no una gestoría, debemos tener en cuenta tres pilares básicos: la complejidad de nuestra actividad, nuestro conocimiento de esta materia o el  coste-beneficio de tener gestor. De esta manera, tendremos datos y argumentos para poder tomar la opción que más nos beneficie o que menos nos perjudique.

Conocimiento y complejidad, la esencia

Voy a empezar por aquí, porque no sirve de nada analizar el coste-beneficio, es decir, decidir si me interesa más hacerlo yo o no, si lo que tengo que hacer no sé que es, como se lleva a cabo o simplemente es demasiado complicado. No todos son expertos en las mismas cosas, el mundo sería demasiado aburrido y es por eso que uno se especializa en algo determinado, por ejemplo en servicios de gestoría. Si tienes una actividad económica sencilla, por ejemplo la de redactor, estarás exento de IVA y solo tendrás que presentar (si decides no aplicar la retención en las facturas), el modelo 130 de pagos a cuenta del IRPF, cada trimestre. Es muy fácil de rellenar pero solo, insisto, si esa actividad freelance no es complicada, en caso contrario, tendrás que estar actualizado sobre los gastos deducibles, por poner un ejemplo y esto lleva su tiempo. Lo mismo sucede si tienes más o menos conocimientos sobre la materia, no es lo mismo que tengas formación tributaria o en economía a que sea en filología y no desmerecemos a nadie, todo lo contrario. Quizás no seas un buen gestor, ni falta que te hace, pero si estudiaste una carrera “de letras” es muy probable que seas un gran redactor.

Coste-beneficio, el envase

Porque no todo se basa en saber o no y en querer hacerlo o preferir que lo haga otro, si no puedo pagar a la gestoría, la decisión está clara, pero la pregunta que yo te hago es: ¿si pudieras pagarlo, lo contratarías? Pues fíjate que esto, debería depender del coste-beneficio. Esta forma de decisión, se basa en averiguar lo que nos cobrarán por un servicio y después, compararlo con mi coste de oportunidad de hacerlo yo mismo. Es sencillo y quizás, con un ejemplo, se vea mejor, si me dedico a asesorar jurídicamente, por ejemplo, en derecho matrimonial y mi hora de trabajo, la cobro a una media de 30 euros (quién pudiera), debo decidir si la contabilidad e impuestos de mi despacho la llevo yo o la contrato fuera. Imaginemos que sé hacerlo, que en la carrera me lo enseñaron, pero que la gestoría, me dice que por todo esto me cobrará 50 euros al mes ¿me compensa dedicarle tiempo yo? Pues en principio, parece que no, ya que ese tiempo, en mi caso, vale 30 euros la hora y no parece que sea rentable, dejar de trabajar en lo mío, para hacerlo en algo que, quizás, me resulte más barato si lo hace un profesional. Además, este análisis también debe incluir dos conceptos clave, uno es el descanso y el otro, si es posible, la comodidad de trabajar, siempre que se pueda, en lo que a uno le guste. Porque la vida no solo es currar, también es disfrutar y aunque hoy sea harto difícil, ir de compras o viajar porque el tiempo pasa para todos y podemos arrepentirnos de no haberlo hecho. Hay un dicho que reza así: “uno debe trabajar para vivir y no vivir para trabajar” por tanto, tomar el tiempo necesario para decidir si contratas o no una gestoría, nunca será un tiempo perdido, palabra de calvo.

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